sábado, 9 de enero de 2016

Ushuaia







      El viaje en avión se hace largo: más de doce horas a Buenos Aires, tres de transfer con paso por inmigración, recogida de bicis, paso por aduana y vuelta a pasar por facturación, esta vez empujando a mi gordita para que la tragase el escáner. Hecho esto a correr que no llegamos al vuelo siguiente. Despegue y aterrizaje en Trelew dos horas más tarde. Sin bajar del avión de nuevo despegue y llegada a Ushuaia tres horas más tarde. Pero finalmente todo bien, todos los vuelos pocos problemas para los que podían habernos puesto por superar con creces el peso permitido de equipaje.

      En Ushuaia nos reciben las montañas aún nevadas y la inquietud del clima duro que pronto se confirma. Tras montar bicis en el aeropuerto (a Santi le aparecen dos válvulas estropeadas al desembalar cajas y las repara antes de montar) pedaleamos pocos kilómetros con viento...parece una clara amenaza para lo que viene.

       Por la tarde cuestiones logísticas: cambiar un poco de dinero, reparar un eje para el carro, comprar un par de cámaras...todo con indicaciones y ayuda del personal del albergue. La ciudad respira una mezcla de turismo y aventura, de historias reunidas que se pisan unas a otras y se confunden. Las montañas nos  dan las buenas noches prometiendo encontrarnos mañana. Ahora a descansar que mañana es importante tomarlo con calma.
   
         En fin, que ya estamos aquí...
   






     

3 comentarios:

  1. José Luis, soy Bea, nos hemos enterado hoy. Mucha suerte, disfruta, te iré siguiendo por aquí. Se te echará de menos

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  2. Que placer leerte primo..., y que recuerdos del fin del mundo...
    Mucho ánimo, y un abrazo grande!
    A la aventuraaaaaa!!!!!

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