Dejamos Punta Delgada y nos dirigimos con buen viento hacia la frontera para volver a entrar a Argentina. El paso incluye susto de Santi porque no encuentra su visado. El carabinero le mira con cara de "te voy a crujir una multa españolito que va a compensar la colonización". Finalmente la encuentra y nos relajamos. Buscamos un café pero no hay nada. Nada es nada en los siguientes 70 km. Unas rectas interminables pero a favor de viento nos dejan rodar a 30 por hora. Un guanaco se juegas la vida delante de un renault y ya está.
Al llegar a Río Gallegos buscamos alojamiento y mientras tanto Santi contacta con Akejo y oh sorpresa: está en Río Gallegos! Alojado en la casa de un cicloturista y con Frederic! Nos vemos en unos minutos y nos reciben en la casa con un asado, una ducha y un WiFi, todo lo que podemos desear.
Raúl es un tipo generoso hasta la médula. Nos aconseja dónde comprar y nos acompaña a la tienda de bicis para hacer una revisión básica. Nos invita a nuestro primer mate en el paseo marítimo y volvemos a casa para descansar un poco y replantear la ruta. Raúl va a emprender ruta con su amigo Fernando la semana que viene y puede que nos reencontremos al pie de los Andes.
Gracias a Raúl y a Daniel Barriendos por alojarnos y acompañarnos en nuestra estancia en Río Gallegos con tanta hospitalidad.
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