La noche anterior terminamos siendo invitados a cenar por Raúl y Fernando y tomando un café en una cafetería del centro de la ciudad. Raúl y Fernando nos explicaron su viaje que comenzará el próximo jueves y pasará a Chile con la posibilidad de reencontrarnos en su reentrada a suelo argentino.
La mañana comenzó con una mala noticia: mi portabultos trasero se había roto por uno de los puntos de soldadura. Afortunadamente la alforja se podía enganchar sin demasiado problema a la barra superior. Siendo domingo no íbamos a encontrar nadie que lo reparase así que a alta de algo mejor le pusimos unas bridas y un poco de optimismo.
Raúl nos vino a despedir y nos fuimos abrumados por tanta generosidad. Ojalá algún día podamos devolvérsela.
Los treinta primeros kilómetros son matadores. Viento en contra y bastante fuerte. Al terminar la autovía tomamos ruta cinco y gitanos ligeramente al norte. Dos subidas nos suben las pulsaciones y a partir de ahí todo llano con viento lateral hasta "Las Horquetas". Un humilde camping a orillas del único río avistado en todo el día. Montamos las tiendas por primer día y nos relajamos junto al río.
Tras la ducha y la conversación con los dueños del camping planteamos un esbozo de plan para seguir los próximos días hasta Calafate. Luego a dormir bajo las estrellas de la Patagónica.
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