viernes, 15 de enero de 2016

Onaissin-Cerro Sombrero (81 Km.)

       La mañana amanece ventosa aunque parece que algo menos. Emprendemos el camino en compañía de Alejo y advertimos dos novedades importantes: al ripio lo sustituye un pavimento de cemento muy suave y la dirección que tomamos (hacia el Norte) nos posiciona mejor para aprovechar el viento. Tanto es así que avanzamos rápidamente recuperando el ánimo perdido el día anterior.

         Las primeras lomas aparecen y el paisaje se embellece ligeramente con guanacos, ovejas y riachuelos. Es un alivio para la vista no perderse en la inmensidad de la llanura. Sabemos, no obstante, que el pavimento se acabará pronto y volveremos a la dureza del ripio según nos comentó un conductor ayer. Para nuestra alegría la carretera está en obras y el pavimento se acaba para los coches que viajarán por una ruta paralela de tierra mientras a nosotros nos permiten avanzar por una calzada suave y ahora nuestra por completo. Superando los relieves y sorteando las vallas de las obras alcanzamos de nuevo el llano a falta de 20 km para Cerro Sombrero.

          Un rato de buen rodaje y con viento a favor me hace disfrutar de la bicicleta como recompensa a la dureza del día anterior. Al llegara a Cerro Sombrero nos dirigimos al supermercado para abastecernos ya que andábamos justos de comida. Antes de llegar nos encontramos con Óscar y Andrés, un argentino y un brasileño que viajan desde la costa de Brasil siguiendo toda la ruta 3. Comemos juntos los cinco y al terminar Santi se dirige al Ayuntamiento en busca de un alojamiento sencillo que no nos asalte el bolsillo. El fruto de su diplomacia fue una casa enorme con calefacción y agua caliente donde dormir y cocinar tranquilamente. El alcalde y los trabajadores de la municipalidad (Ayto.) fueron realmente acogedores con nosotros: Daniela, José Luis, Manuel y Daniel nos invitaron a café con wifi y a tomar algo en casa de José Luis por la noche. Alejo continuó camino hacia Bahía Azul y Andrés y Óscar en sentido opuesto.

     Una ducha, una colada enorme que tenía pendiente y un poco de orden en mis cosas. Después de cenar copiosamente nos acercamos al salón de actos de la comunidad donde había una reunión informativa para los vecinos (ya véis...). A las diez y media compartimos un rato con nuestros amigos de la municipalidad y con Óscar y Andrés que habían tenido que regresar a Cerro Sombrero porque el carro en el que viajaba Óscar había roto el cambio. Cansados pero contentos nos vamos a descansar. Todo ha salido excelente.

PD: para colmo he vuelto a encontrar mi cargador del móvil y el adaptador americano. Yeah.

5 comentarios:

  1. Hola Jose Luis, soy Oscar, menuda aventura la tuya al embarcarte en esta ruta.
    Que disfrutes de la travesía!!!!! (te iré siguiendo... que lo sepas)
    Abrazos de Belen y mios!!!!!

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    1. Hola Óscar, qué alegría. No puedo responder a tiempo pero leo vuestros mensajes con mucha ilusión cuando la WiFi y los duendes nos dejan. Un abrazo fuerte y seguid disfrutando de lo que pueda compartir por esta ventana.

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  2. Hermanito, no será necesario que te desagas de equipaje para que te dejen entrar al avión de vuelta, seguramente lo perderás sin quererlo en el camino.De hecho en el control de acceso al embarque del vuelo de ida ya empezaste, dejando una cadena acerada de 3kg por orden de la guardia civil, ahí estas tu rebajando peso jeje.Ánimooooo y a pedalear fuerte contra el cierzo de la Patagonia

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    1. No coló como cadenita de la Virgen del Pilar...cachisss

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    2. No coló como cadenita de la Virgen del Pilar...cachisss

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