Parece que el viento nos brinda su respeto. La mañana es la más calmada que recordamos. La ruta de hoy se pinta de verde y colinas que nos protegen. Es la rivera del río Tecka. Santi y yo ciclamos encantados del día. Los kilómetros pasan a buen ritmo y el llano me permite rodar a buen ritmo como me gusta. La bici se desliza a 26 km/h durante un buen rato. El primer descanso lo hacemos poco antes de abandonar el valle.
La Cuesta del Arbolito nos cambia de vertiente a base de sudor y nos devuelve la belleza de los Andes. Ya van 60 km y todo parece ir bien.
El perfil nos avisaba de que los próximos 20 km. serían hacia la cordillera, es decir, contra el viento. Pero la mañana nos respeta y no hay viento. Es un placer.
Encaramos la última parte con mucho ánimo. Se acaba el viento en Esquel. Se acaba la estepa patagónica, las rectas interminables de viento y lucha. La incertidumbre del cuánto soplará hoy y la soledad del paisaje despoblado.
Una subida de unos cuatro kilómetros no prevista nos sorprende sin molestarnos ya. Nada puede estropear nuestra llegada. Una agradable bajada hasta un cruce y un suave descenso viendo las casas de Esquel.
Cruzamos un paso a nivel. Santi va adelantado y yo por detrás. De repente la bicicleta se vence hacia la banquina (cuneta) de ripio. Ahí pierdo la dirección y caigo.
Los viajes son imprevisibles. Esa es su esencia. Y no valen malas caras. Hay que vivirlo si decides emprenderlo.
Sin detalles sensacionalistas: fractura de clavícula izquierda. Comienza otro viaje donde uno termina...
En situaciones como esta nos damos cuenta de lo importante que es estar preparado para sufrir imprevistos y para superar pronto la frustración y poder ver todo lo positivo ya vivido y todo lo bueno que queda por delante...
ResponderEliminarMucho ánimo
Muchas gracias! Así es. La realidad es que seguimos aquí y siguen sucediendo cosas muy interesantes que merecen la pena. El viaje continúa...
ResponderEliminarQue mala suerte!! mucho animo y mucha fuerza Jose Luis.un abrazo a los dos.
ResponderEliminarJose Manuel
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMuchas gracias José Manuel! Ya estamos los dos en Bariloche. Un abrazo.
EliminarUna caída, algo probable, un lesión, algo posible, un desenlace no deseado.Pero al fin y al cabo la aventura como la vída consiste en asumir riesgos y vivir en la incertidumbre, quien lo asume, es quien se siente más vivo.Quedan muchas rutas 40 por ciclar ¡¡ánimo!!
ResponderEliminarOk hermanito, estamos empates en tragedias ciclistas. Déjate de rollos y vente a viajar conmigo de una pedalada!
EliminarAunque ha sido mala suerte, hay que quedarse con todo lo vivido y disfrutado. Un abrazo enorme y un millón de besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Julia. Nada que lamentar. Los viajes son esto y muchas cosas más. Qué gusto contar contigo en el blog. Tengo un@s compis de verdadero lujo. Pronto nos vemos.
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