domingo, 7 de febrero de 2016

Margleinis y Vicente

Margleinis es a Argentina lo que Michel Camilo al piano. Un huracán caribeño que gira a toda velocidad mientras pulsa incontables teclas que estallan de alegría: Vicente, la casa, la comida, una amiga y unos mates, la compra, la ropa, las atenciones, la risa y el lago. Matías, su marido, pasa temporadas fuera de casa por trabajo.
Trato de ayudar torpemente lo que me permite un brazo y no puedo negarme a la asistencia que requiere la burocracia: cambiar el billete de regreso, gestiones con el seguro y trámites médicos. Me acompaña al centro y me da los consejos que el resto de turistas anhela y no tiene: lugares, precios, productos, vistas, consejos.
_El sistema no me permite el cambio, lo siento. Me dice el chico que me atiende en la central de Aerolíneas Argentinas.
Yo trato de regatear como tantas veces en este viaje, esta vez sin éxito.
"El sistema no le permite el cambio...", me repito mentalmente mientras lo observo como finge ayudarme de nuevo moviendo el cursor en la pantalla. No ha sonreído ni un momento. Se ha instalado en el confort de su sistema que le permite negarse a ayudarme sin que lo parezca. No acabo de molestarme. Me da cierta lástima. Bastante duro es ya que su sistema no le permita el cambio. Recuerdo a Luis saltándose todo su sistema en un golpe de freno. Margleinis lleva todo su sistema en sus brazos, dentro de unos minutos le tocará cambiarle el pañal en los baños de un Mcdonalds por compañarme a cambiar mi billete.
No me puedo conformar y Margleinis me dice dónde queda un local con cabinas.  Llamo a España, a la central de Edreams después de fallar con la sucursal argentina. Juan ha sonreído en la cuarta o quinta frase. Tampoco el sistema se lo pone fácil pero dice que me va a ayudar. Le lleva un buen rato y lo consigue...gracias, aunque sea su trabajo según dice, porque también era su sistema y eso no fue obstáculo.
Regresamos cansados pero satisfechos a la casa del bosque.
Margleinis y Vicente duermen la siesta en una hamaca mientras imagino a Santi pedaleando ya próximo al lago Guillermo.
Julia, la abuela de Vicente, tiene una conversación muy agradable, como en general la mayoría de los/as argentinos/as.
El ser más valioso, el de mayor futuro, se llama Vicente. Se mueve casi siempre en silencio y de forma autónoma. Balbucea lo que necesita y se hace entender sin dejarse engañar. Lo mira todo con sus ojos oscuros y con gesto serio parece reflexionar. Casi nunca pide ayuda y tiene el Caribe de su madre dentro. La acompaña sin rechistar a cualquier  trámite colgado de ella y observando el mundo. Le gusta que nos lavemos juntos las manos antes de dormir y el timbre de mi bici adaptado a la suya.
Kiki, amiga de Margleinis,  vino a visitarnos recién llegada de Buenos Aires y pasamos una tarde fabulosa todos juntos ya con Santi.
El penúltimo evento tiene forma de cajero hambriento que se traga la tarjeta de Santi. Según nos informa la señorita de atención al cliente el sistema del cajero no le permite retornar la tarjeta...jamás?! Debemos buscar de nuevo en la ciudad a la persona capaz de saltarse el sistema. La encontramos en la central del Banco Patagonia. Un día y varias visitas consiguen el milagro.
A la última cena en Argentina nos invitaron el Negro Aguirre y su mujer Raquel. El Negro tiene 76 años y el plan de viajar en bicicleta siguiendo los pasos de un explorador de la corona británica del siglo XIX en un recorrido natural de los indios patagones. Más de 1000 kms.
Cuando el remis arranca con nuestras bicis sobre el techo Argentina se empieza a despedir.
Margleinis y Vicente nos han dado su tiempo, su ayuda y su compañía. Todo  a nuestra disposición.
El Lago Moreno, la calle del Remanso, Bariloche y una madre con su hijo. Como dicen acá... Qué lindo. 















4 comentarios:

  1. :) ;) Fuerte abrazo!! Margle y Vicente.

    ResponderEliminar
  2. Muchas Gracias Margle!!! Qué alegría fue conocería. Un abrazo fuerte también para allá y otro pequeño y con mucho ritmo!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias a ti Chesus. Compartido sabe mejor...nos vemos pronto!

    ResponderEliminar

Tu mensaje se publicará tras ser confirmado por el/la moderador/a