martes, 2 de febrero de 2016

Luis y su familia

Luis Cavero vuelve del trabajo en una pick up con su hija Rocío y Morena, la amiga de su hija. Cuando ve a un ciclista accidentado no duda en parar y echar su bicicleta y sus cosas al baúl de la camioneta y llevarlo al hospital.
Se lleva a su casa mis cosas y me da una tarjeta. Al salir buscamos una cabina telefónica, compramos medicación y tomamos un refresco para reposar lo sucedido.
Sophie toma algo en la misma terraza mientras entablamos conversación. Viaja desde hace tiempo por varios países de América Latina.
Mientras hablamos con ella Santi se reencuentra con Luis. Nos ofrece alojarnos en su casa y aceptamos. Rocío nos espera en la camioneta.
Vive en una idílica cabaña de madera y en un abrir y cerrar de ojos nos hace sentir como en casa. Todo abierto y todo lo que necesitemos... Yo me apunto a una ducha y a descansar un poco mi hombro dolorido.
Luis es un tipo muy especial, nos empuja hacia el buen humor de forma vertiginosa. Rocío y Morena me hacen reír más de lo que me permite el hombro pero tanto como necesito.
Esta noche pollo asado es la decisión irrevocable de Luis que nos va a hacer argentinos en menos de una tarde.
Hubo pollo y chorizos y risas y Rocío y Morena hablando sin parar,   animando y contagiando su juventud.
Para colmo dormí bien con un toque de Ibuprofeno. Santi asegura que hasta he roncado pero de nuevo sin pruebas concluyentes.
El domingo es día familiar  y Elda, la mamá de Luis, nos invita a degustar sus ñoquis caseros con carne que resultan ser una delicia. Antes de la comida Santi se ha puesto a ir de un lado para otro de la ciudad tratando de echar una mano. Ha recuperado mis radiografías, preguntado horarios de bus, ...y me echa una mano en todo lo necesario. Resulta imprescindible.
Por la tarde nos  tienen preparada una sesión de turismo reposado con visita a la represa de Futaleufú incluida. No quieren que nos marchemos de aquí sin saborear al menos parte del paisaje. Están empeñados en cambiar mi recuerdo de Esquel y ya lo están consiguiendo.
Tras la maravilla natural del Parque Nacional de los Alerces volvemos a casa y Elda, de descendencia galesa (una característica local), nos endulza con una torta tradicional galesa de pasas y nueces que es una barbaridad que aún no sea patrimonio de la Humanidad. Elda cocina confitería para un hotel y tiene unas manos llenas de dulzura.
Por la noche llegan Facundo y Aylú para unirse a la fiesta que completamos con unas pizzas.
Luis, Rocío, Elda, Morena, Facundo, Aylú, Santi son el mejor tratamiento...















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu mensaje se publicará tras ser confirmado por el/la moderador/a